Un 93% no incluye legumbres
en sus opciones, un 78% tampoco verdura y otro 56% ni siquiera pescado
Comer fuera de casa cuando se tienen hijos
es, a veces, todo un reto.
Además de la batalla del “esto me gusta, esto no me gusta”, la aventura muchas veces comienza
por encontrar un restaurante que incluya en su carta un menú infantil y que,
ante todo, sea equilibrado.
Y es que la alimentación no solo ha de cuidarse en
casa; también en un restaurante se puede educar a los más pequeños en el arte
de comer de manera saludable y equilibrada.
Con el propósito de conocer la
calidad nutricional de los menús infantiles que se ofrecen en los restaurantes
de nuestro país, EROSKI CONSUMER ha visitado 180 establecimientos ubicados en La
Coruña, Barcelona, Bilbao, Logroño, Madrid, Málaga, Murcia, Oviedo, Pamplona,
San Sebastián, Santander, Sevilla, Valencia y Vitoria.
Se observó que los menús
infantiles analizados no ofrecen platos variados ni equilibrados.
En cada
local, se solicitó información detallada sobre la oferta culinaria para los más
pequeños (tipo de platos, ingredientes, técnicas culinarias, etc.) con la
excusa de ser padres o madres de un niño de 5 años y querer comer fuera un
sábado cualquiera.
No siempre disponían de un menú infantil por escrito, pero
mientras unos optaban por ofrecer platos combinados, otros diseñaban un menú
infantil teniendo en cuenta su carta y otros adecuaban el menú de los adultos.
En líneas generales, se observó que los menús
infantiles analizados no ofrecen platos variados ni equilibrados.
Casi la mitad
de ellos no logra aprobar el examen dietético propuesto por EROSKI CONSUMER,
fundamentalmente por la insuficiente variedad de alimentos que incluyen (las
legumbres y la verdura no son nada frecuentes), la repetición en las
guarniciones y salsas (casi siempre patatas fritas o salsa de tomate frito) y
el excesivo empleo de técnicas culinarias grasas (fritos, empanados y
rebozados).
En cuanto al precio, los menús cuestan de media 12,5 euros.
El método de análisis ha consistido en
valorar, según las recomendaciones dietético-nutricionales de la estrategia
NAOS y la Asociación Española de Pediatría (AEP), la composición de los platos
(verduras, farináceos, pescados, carnes, postres y pan) de cada menú infantil,
así como sus guarniciones (si incluían verdura y eran variadas), las técnicas
culinarias utilizadas (con más o menos grasa) y si ofertaban fruta fresca de
postre y pan integral para acompañar. Además, se consultó la posibilidad de
acceder a un menú dietético especial sin sal, sin gluten, vegetariano y/o bajo
en calorías. En total, cada uno de los menús analizados podía obtener un máximo
de catorce puntos.
Calidad dietética
mejorable
La dieta de los más pequeños debe ser variada
y equilibrada, procurando incluir alimentos de todos los grupos: lácteos,
carnes, pescados y huevos, frutas, verduras y hortalizas, legumbres y cereales.
No solo conviene cumplir esta máxima en el hogar, sino que también es
importante tener la oportunidad de comer de una manera sana y equilibrada fuera
de casa.
Pero, ¿es esto una realidad o una quimera? De los 180 menús analizados
por EROSKI CONSUMER, el 56% aprueba el examen (16% obtienen un muy bien, el 17%
un bien y el 23% un aceptable), pero el resto, el 44% de los restaurantes
analizados, suspende en calidad dietética: un 14% con muy mal, un 13% con mal y
el resto con un regular.
Más verdura y
equilibrio entre carne y pescado, por favor
Un menú infantil de calidad debe incluir al
menos un plato de ensalada o de verdura, y si además ofrece legumbres y/o
variedad de otros farináceos (arroz, pasta, patatas) consiguen una mayor
puntuación.
Asimismo, el menú es aún más saludable si en la oferta de este tipo
de platos no se abusa de los ingredientes de origen animal (embutidos, huevo,
carne picada, atún, quesos, etc.).
En el estudio, de los 180 menús infantiles
analizados, solo un 22% incluía como mínimo un plato de verdura o ensalada,
mientras que en un 66% de ellos se podía encontrar pasta y/o arroz, el recurso
más habitual: macarrones a la boloñesa y arroz con tomate frito.
Además, pese a
los beneficios reconocidos de las legumbres, solo un 7% las incluía como plato en
la oferta de menú (en Bilbao, Logroño, Málaga y Oviedo).
Asimismo, se valora positivamente que los
menús infantiles ofrezcan al menos una ración de pescado. Sin embargo, se
comprobó que menos de la mitad de los menús infantiles analizados incluyen
pescado entre las opciones de menú.
Además, el acompañamiento de este tipo de
platos influye también en la calidad dietética del menú. En ocasiones, se cae
en el error de utilizar la misma salsa o patatas fritas congeladas como
guarnición.
Pese a las recomendaciones, solo uno de cada cuatro menús
infantiles ofrecía guarniciones y salsas variadas.
Lo habitual es encontrar
salsas de tomate frito y patatas fritas congeladas.
Destacan de manera positiva
8 de los 12 menús infantiles analizados en Murcia: uno de ellos ofrecía un
aliño de vinagre de Módena y caramelo, picatostes fritos con perejil y ajo, una
salsa de hongos con cebolla y patatas rehogadas con champiñón, cebolla, tomate
y vino blanco.
La clave: cocinar sin
grasa
Es fundamental prestar atención también a las
técnicas culinarias.
Se recomienda utilizar las que menos grasa aporten a los
alimentos: las que emplean agua –cocido o hervido, vapor…-, a la plancha u
horno y utilizar menos de tres o cuatro veces por semana los fritos, rebozados,
empanados, guisos y estofados (más grasos, energéticos y de más difícil
digestión).
Sin embargo, en un 43% de los menús
analizados, más del 50% de los platos que los componían estaban cocinados con
técnicas culinarias grasas: en especial, fritos, empanados y rebozados.
En
concreto, en Oviedo, en todos los menús analizados los fritos, empanados y
rebozados superaban a la plancha o el horno.
Al contrario que los de San
Sebastián, donde mandaba la plancha, el horno y la comida cocida.
En este sentido, influye el planteamiento que
se hace del menú infantil.
Uno de cada diez establecimientos oferta platos
combinados, generalmente una mezcla de fritos y empanados. Si bien son platos
que encantan a los niños, resultan demasiado grasos y con muchas calorías.
Ocurre especialmente en Oviedo (6 de los 10 locales visitados ofertan platos
combinados) y en Sevilla (6 de los 15 analizados).
Puntos positivos:
fruta fresca y agua
Una de las conclusiones más positivas del
estudio es que como postre en el 82% de los menús infantiles analizados se
incluía la fruta fresca y en todos los evaluados el agua era siempre una
opción.
Por último, otro valor añadido es que los establecimientos de
hostelería y restauración ofrezcan la opción de menús “dietéticos” adaptados a
necesidades especiales como alergias e intolerancias alimentarias.
Tres de cada
cinco menús infantiles analizados incluían este tipo de menús dietéticos.
Eso
sí, en gran parte de ellos solicitaban que avisasen con antelación para poder
prepararlo de forma adecuada, sin prisas y con los alimentos apropiados.