Tendencias en consumo responsable en España, influencia de la crisis, barreras para su expansión y papel de los diferentes actores económicos para potenciarlo.
La principal preocupación de los españoles es la crisis económica, la pobreza y las desigualdades sociales. Otros problemas, como los que afectan al medio ambiente, se consideran menos urgentes. Así se desprende del estudio “Consumo Responsable y Desarrollo Sostenible: Tendencias de ConsumoResponsable 2012” elaborado por EROSKI y el Club de Escelencia en Sostenibilidad, con la colaboración de IPSOS España y con el apoyo del Ministerio de Empleo y Seguridad Social.
El consumo responsable está relacionado con:
1- hábitos que rigen lo cotidiano como comprar lo necesario
2- factores relacionados con el hogar y la economía doméstica como los servicios y la eficiencia de los electrodomésticos
El contexto de crisis actual es el argumento sobre el cual el ciudadano ha inscrito sus pautas de comportamiento y actitudes con respecto al consumo responsable y el desarrollo sostenible. Hay un cambio de paradigma y una oportunidad de aprendizaje y de transformar los actuales modelos de consumo, además de reforzar valores de comportamiento. En 2008 el consumo responsable y el desarrollo sostenible estaba circunscrito a aspectos medioambientales. En 2012, aunque estas expresiones también se anclan en esa dimensión medioambiental, dan cabida ahora también al aspecto económico y social.
La crisis ha cambiado el paradigma del consumo
Formas de colaboración del consumo responsable con desarrollo sostenible:
1. reciclaje
2. ahorro de energía (enfocado a la iluminación)
3. ahorro de agua
4. ahorro en calefacción
5. ahorro aire acondicionado
6. uso de transporte público.
Datos:
1. Los electrodomésticos (clase A) y las bolsas reciclables son el paradigma del consumo responsable de hoy.
2. Elección de productos ecológicos en alimentación, aunque sean más caros. Importa la procedencia de los productos:
a. cuanto más lejos el origen del mismo, peor para el medio ambiente
b. se procura que la ropa y complementos sean producidos en países que respeten los derechos humanos.
3. Elección del proveedor de servicios es muy importante pero pocos recuerdan y tienen cada vez más en cuenta los proyectos sociales de las grandes empresas.
El consumidor quiere empresas responsables
1. Es necesaria una implicación mayor de los organismos supranacionales, mayor que la de los propios gobiernos nacionales.
2. Se exige mayor compromiso de las grandes empresas y multinacionales.
Las empresas deben comprender los cambios en que está inmersa la sociedad, para hacer y emitir sus mensajes al consumidor/ciudadano porque la condición de ciudadanos consciente de los problemas comunes puede cambiar comportamientos de consumo; en la producción y el consumo de productos y servicios se incluyen asuntos tales como ideas, valores, tendencias.
El consumidor no premia a las empresas comprometidas aunque sí castiga a las que no lo son. No estamos se está dispuesto a asumir un mayor coste por un producto de consumo responsable frente a otro que no lo es. En igualdad de condiciones económicas, el consumidor sí valora el compromiso ambiental, y, a veces, social de la empresa, pero no por ello premia y acepta pagar más frente a otra que no lo es.
Los ciudadanos no se consideran informados de las cuestiones relacionadas con el desarrollo sostenible por lo que no son capaces de elegir con conocimiento de causa. La solución pasa por etiquetas con información técnica comprensible, pertinente y creíble. Otras fuentes también pueden hacerle llegar esa info al consumidor.
Es el Gobierno de España el principal responsable de informar sobre el desarrollo sostenible, pero también: las empresas privadas (en especial, las de energía), los medios de comunicación, las asociaciones del tercer sector y, por supuesto, la formación académica o reglada, la educación o la universidad.
La triple dimensión del consumo responsable
Expresiones como “consumo responsable” y “desarrollo sostenible” son conocidas aunque la primera se usa con más frecuencia.
1. “consumo responsable” pautas de comportamiento relacionadas con lo cotidiano, la compra y el gasto, la administración del hogar o economía doméstica, el gasto de energía o agua y el transporte o la movilidad y, sobre todo, para referirse a la idea de ahorro.
2. “desarrollo sostenible” medio ambiente o fuentes de energía, desarrollo económico y empleo, conversación política y formación académica.
Se asocia en primer lugar el concepto de “consumo responsable” a “desarrollo sostenible”. La expresión “consumo responsable para el desarrollo sostenible” adquiere, entonces, un sentido global que abarca la triple dimensión económica, social y ambiental.
Conclusiones:
Agustín Marcaide, presidente del Grupo EROSKI: “las empresas debemos asumir nuestro papel en el desarrollo sostenible integrándolo dentro de nuestras estrategias y objetivos, incluso en el momento presente en que la situación del entorno trae las prioridades económicas a primer plano. Parte de este papel de las empresas es el de comunicar a los consumidores nuestra actuación y aportarle información que les permita elegir un mejor consumo, más sostenible”.
José Longás: “en este contexto, una de las formas más destacables de colaboración del consumidor-ciudadano al consumo responsable es el ahorro de energía y agua y el reciclaje. Sus paradigmas son los electrodomésticos súper-eficientes y las bolsas reciclables. La comunicación con el consumidor se convierte en un factorimportante en la sensibilización de la sociedad en otros temas de indudable interés”.
Leire Barañano: “es necesario adoptar por parte de las empresas pautas de comportamiento socialmente responsables. El consumidor no premia a corto plazo a las empresas comprometidas aunque sí castiga a aquellas empresas que no lo asumen y practican”.
El consumo responsable está relacionado con:
1- hábitos que rigen lo cotidiano como comprar lo necesario
2- factores relacionados con el hogar y la economía doméstica como los servicios y la eficiencia de los electrodomésticos
El contexto de crisis actual es el argumento sobre el cual el ciudadano ha inscrito sus pautas de comportamiento y actitudes con respecto al consumo responsable y el desarrollo sostenible. Hay un cambio de paradigma y una oportunidad de aprendizaje y de transformar los actuales modelos de consumo, además de reforzar valores de comportamiento. En 2008 el consumo responsable y el desarrollo sostenible estaba circunscrito a aspectos medioambientales. En 2012, aunque estas expresiones también se anclan en esa dimensión medioambiental, dan cabida ahora también al aspecto económico y social.
La crisis ha cambiado el paradigma del consumo
Formas de colaboración del consumo responsable con desarrollo sostenible:
1. reciclaje
2. ahorro de energía (enfocado a la iluminación)
3. ahorro de agua
4. ahorro en calefacción
5. ahorro aire acondicionado
6. uso de transporte público.
Datos:
1. Los electrodomésticos (clase A) y las bolsas reciclables son el paradigma del consumo responsable de hoy.
2. Elección de productos ecológicos en alimentación, aunque sean más caros. Importa la procedencia de los productos:
a. cuanto más lejos el origen del mismo, peor para el medio ambiente
b. se procura que la ropa y complementos sean producidos en países que respeten los derechos humanos.
3. Elección del proveedor de servicios es muy importante pero pocos recuerdan y tienen cada vez más en cuenta los proyectos sociales de las grandes empresas.
El consumidor quiere empresas responsables
1. Es necesaria una implicación mayor de los organismos supranacionales, mayor que la de los propios gobiernos nacionales.
2. Se exige mayor compromiso de las grandes empresas y multinacionales.
Las empresas deben comprender los cambios en que está inmersa la sociedad, para hacer y emitir sus mensajes al consumidor/ciudadano porque la condición de ciudadanos consciente de los problemas comunes puede cambiar comportamientos de consumo; en la producción y el consumo de productos y servicios se incluyen asuntos tales como ideas, valores, tendencias.
El consumidor no premia a las empresas comprometidas aunque sí castiga a las que no lo son. No estamos se está dispuesto a asumir un mayor coste por un producto de consumo responsable frente a otro que no lo es. En igualdad de condiciones económicas, el consumidor sí valora el compromiso ambiental, y, a veces, social de la empresa, pero no por ello premia y acepta pagar más frente a otra que no lo es.
Los ciudadanos no se consideran informados de las cuestiones relacionadas con el desarrollo sostenible por lo que no son capaces de elegir con conocimiento de causa. La solución pasa por etiquetas con información técnica comprensible, pertinente y creíble. Otras fuentes también pueden hacerle llegar esa info al consumidor.
Es el Gobierno de España el principal responsable de informar sobre el desarrollo sostenible, pero también: las empresas privadas (en especial, las de energía), los medios de comunicación, las asociaciones del tercer sector y, por supuesto, la formación académica o reglada, la educación o la universidad.
La triple dimensión del consumo responsable
Expresiones como “consumo responsable” y “desarrollo sostenible” son conocidas aunque la primera se usa con más frecuencia.
1. “consumo responsable” pautas de comportamiento relacionadas con lo cotidiano, la compra y el gasto, la administración del hogar o economía doméstica, el gasto de energía o agua y el transporte o la movilidad y, sobre todo, para referirse a la idea de ahorro.
2. “desarrollo sostenible” medio ambiente o fuentes de energía, desarrollo económico y empleo, conversación política y formación académica.
Se asocia en primer lugar el concepto de “consumo responsable” a “desarrollo sostenible”. La expresión “consumo responsable para el desarrollo sostenible” adquiere, entonces, un sentido global que abarca la triple dimensión económica, social y ambiental.
Conclusiones:
Agustín Marcaide, presidente del Grupo EROSKI: “las empresas debemos asumir nuestro papel en el desarrollo sostenible integrándolo dentro de nuestras estrategias y objetivos, incluso en el momento presente en que la situación del entorno trae las prioridades económicas a primer plano. Parte de este papel de las empresas es el de comunicar a los consumidores nuestra actuación y aportarle información que les permita elegir un mejor consumo, más sostenible”.
José Longás: “en este contexto, una de las formas más destacables de colaboración del consumidor-ciudadano al consumo responsable es el ahorro de energía y agua y el reciclaje. Sus paradigmas son los electrodomésticos súper-eficientes y las bolsas reciclables. La comunicación con el consumidor se convierte en un factorimportante en la sensibilización de la sociedad en otros temas de indudable interés”.
Leire Barañano: “es necesario adoptar por parte de las empresas pautas de comportamiento socialmente responsables. El consumidor no premia a corto plazo a las empresas comprometidas aunque sí castiga a aquellas empresas que no lo asumen y practican”.