La Responsabilidad periodística en la lucha contra la pobreza ¿Teoría o realidad? es el título de la mesa redonda organizada por la Coordinadora de ONG de Desarrollo de España (CONGDE) en CaixaForum en la que participaron los periodistas Rosa María Artal, Bru Rovira, Ramón Lobo y Rosa María Calaf el pasado 13 de octubre.
Actualmente existe una confusión entre periodismo y política. Las informaciones que llegan a las redacciones son notas de prensa de partidos políticos con un mensaje muy definido y elaborado. En las informaciones internacionales tan sólo aparecen nombres de presidentes y altos cargos ajenos a las historias humanas y a los desastres naturales. Hay un acuerdo no escrito por el que se obvia a todos aquellos que son noticia y se les concede espacio siempre a los mismos.
Bru Rovira recogía en esta frase la situación del periodismo actual “Gracias a las nuevas tecnologías me informo al segundo y lo olvido al instante”. La sobreinformación que abunda en la red nos anestesia. La información es entretenimiento y su función es distraer. Hoy en día se busca el espectáculo y la pobreza no lo es así que no tiene una presencia importante en los grandes medios de comunicación.
En los medios se presenta a la pobreza como un mal “ineludible”, como una lacra de aquellos países explotados. Hay que trasladar el mensaje: “todos somos responsables de lo que ocurre”. El ciudadano tiene que hacer el esfuerzo de informarse, una idea que Calaf resumía en esta idea: “uno tiene que elegir entre descansar y ser libre”. Hay que exigirle a los medios la verdadera información.
Hoy en día vemos como a la empresa periodística no le interesan los contenidos elaborados sino una información inmediata y sin contrastar. No existe un interés por realizar información de excelencia informativa, sólo se busca el beneficio económico.
No existen los reportajes en profundidad. Hoy sólo apelan a las emociones y no a la racionalidad del ser humano. Cada vez existe un silencio mayor sobre los temas que atañen al Tercer Mundo. Lobo lo define como un “genocidio informativo”. No podemos obviar ciertas informaciones y sólo hablar de lo que sucede en la parte norte.
“Los políticos tienen en sus manos los recursos y los medios para acabar con la pobreza pero ésta no se encuentra entre sus prioridades”. Rosa María Artal explica que tradicionalmente el periodismo se constituyó como el cuarto poder. Actualmente podemos decir que es un apoyo más del propio sistema. El periodismo guía a la opinión pública hacia la verdad absoluta. Juzga y dirige. El último ejemplo lo encontramos en la guerra de Libia, cuando sentenció que Gadafi merecía ser destituido y la entrada de las tropas se justificó como “ayuda humanitaria”.
Poco a poco vamos construyendo una sociedad que duerme y ha olvidado el pensamiento crítico. Existe una gran dificultad entre el saber y el hacer.
Calaf sentencia que “cada vez alejan más a la prensa del lugar donde suceden las cosas”, ya no se viaja ni se investiga ni se conoce. Tampoco se profundiza en las causas de los problemas. La hambruna actual de Somalia es actual, ningún medio realiza una investigación de la historia del país africano desde los años 90.
La solución para la pobreza no reside en la caridad sino en la justicia y el reparto igualitario. Y para ello el periodismo necesita de los medios de la política y de la propia democracia para erradicarla. Mientras los políticos sigan enfrascados en sus discusiones electorales la pobreza seguirá llegando a miles de hogares de los países del Sur y a otros tantos en los países desarrollados.
Fuente: SETEM
Actualmente existe una confusión entre periodismo y política. Las informaciones que llegan a las redacciones son notas de prensa de partidos políticos con un mensaje muy definido y elaborado. En las informaciones internacionales tan sólo aparecen nombres de presidentes y altos cargos ajenos a las historias humanas y a los desastres naturales. Hay un acuerdo no escrito por el que se obvia a todos aquellos que son noticia y se les concede espacio siempre a los mismos.
Bru Rovira recogía en esta frase la situación del periodismo actual “Gracias a las nuevas tecnologías me informo al segundo y lo olvido al instante”. La sobreinformación que abunda en la red nos anestesia. La información es entretenimiento y su función es distraer. Hoy en día se busca el espectáculo y la pobreza no lo es así que no tiene una presencia importante en los grandes medios de comunicación.
En los medios se presenta a la pobreza como un mal “ineludible”, como una lacra de aquellos países explotados. Hay que trasladar el mensaje: “todos somos responsables de lo que ocurre”. El ciudadano tiene que hacer el esfuerzo de informarse, una idea que Calaf resumía en esta idea: “uno tiene que elegir entre descansar y ser libre”. Hay que exigirle a los medios la verdadera información.
Hoy en día vemos como a la empresa periodística no le interesan los contenidos elaborados sino una información inmediata y sin contrastar. No existe un interés por realizar información de excelencia informativa, sólo se busca el beneficio económico.
No existen los reportajes en profundidad. Hoy sólo apelan a las emociones y no a la racionalidad del ser humano. Cada vez existe un silencio mayor sobre los temas que atañen al Tercer Mundo. Lobo lo define como un “genocidio informativo”. No podemos obviar ciertas informaciones y sólo hablar de lo que sucede en la parte norte.
“Los políticos tienen en sus manos los recursos y los medios para acabar con la pobreza pero ésta no se encuentra entre sus prioridades”. Rosa María Artal explica que tradicionalmente el periodismo se constituyó como el cuarto poder. Actualmente podemos decir que es un apoyo más del propio sistema. El periodismo guía a la opinión pública hacia la verdad absoluta. Juzga y dirige. El último ejemplo lo encontramos en la guerra de Libia, cuando sentenció que Gadafi merecía ser destituido y la entrada de las tropas se justificó como “ayuda humanitaria”.
Poco a poco vamos construyendo una sociedad que duerme y ha olvidado el pensamiento crítico. Existe una gran dificultad entre el saber y el hacer.
Calaf sentencia que “cada vez alejan más a la prensa del lugar donde suceden las cosas”, ya no se viaja ni se investiga ni se conoce. Tampoco se profundiza en las causas de los problemas. La hambruna actual de Somalia es actual, ningún medio realiza una investigación de la historia del país africano desde los años 90.
La solución para la pobreza no reside en la caridad sino en la justicia y el reparto igualitario. Y para ello el periodismo necesita de los medios de la política y de la propia democracia para erradicarla. Mientras los políticos sigan enfrascados en sus discusiones electorales la pobreza seguirá llegando a miles de hogares de los países del Sur y a otros tantos en los países desarrollados.
Fuente: SETEM