“Europa frente a la crisis global y los conflictos regionales”

Con el título “Europa frente a la crisis global y los conflictos regionales”, el ex secretario general de la OTAN y ex alto representante de la Política Exterior y la Seguridad Común de la Unión Europea, Javier Solana, y el ex-presidente de la República de Polonia Alexander Kwasnievski presentaron ayer tarde en Barcelona el Fórum Pro Futuro, una iniciativa creada conjuntamente por estos dos políticos con el objetivo de poner en marcha un espacio en el que reflexionar y formular propuestas acerca del futuro de la Unión Europea, así como de estrechar las relaciones entre España y Polonia.
Este evento, auspiciado por el Banco Sabadell, tuvo lugar en el auditorio de la Torre BancSabadell, con un coloquio en el que tomaron parte los dos promotores de la iniciativa y que fue moderado por el periodista Lluís Bassets. El acto contó también con la participación del presidente de Banco Sabadell, José Oliu, el secretario de Asuntos Exteriores de la Generalitat de Catalunya, Senén Florensa, y el embajador de la República de Polonia en España, Ryszard Schnepf.
Crisis económica y movimientos de protesta de los ciudadanos
Kwasniewski aseguró que la crisis “no es responsabilidad de la Unión Europea”, aunque evidentemente sus efectos nos están afectando de forma especialmente grave. Kwasniewski analizó las medidas de ajuste económico puestas en marcha por el gobierno griego. Según dijo, “pese a las voces que puedan oírse en contra, todas las ayudas que se han dado o tengan que darse en el futuro al gobierno griego son justas y necesarias”.
Recordó también que, “en su momento, Polonia tuvo que poner en marcha un plan de choque mucho más severo que el que ahora se le exige a Grecia. Sin embargo, nosotros tuvimos la capacidad de alcanzar un consenso entre todas las fuerzas políticas y poner por encima de los intereses partidistas los intereses de nuestro país. La gran duda es si Papandreu contará con un consenso social similar ante las reformas, sin duda duras, que ahora tiene que llevar a cabo”.
El expresidente polaco se refirió también a los movimientos de protesta ciudadana que se están viviendo tanto en España como en varios países europeos. Dijo que “son lógicos, e incluso necesarios y positivos”. Los comparó con los que se vivieron en Alemania en el año 1968, y recordó que “como resultado de aquellas protestas se creó el Partido Verde, que posteriormente se consolidó como alternativa de gobierno y se integró en el stablishment político”. También dejó claro su convencimiento de que estas protestas “no son contra la democracia, sino contra la clase dirigente política”.
Finalmente, manifestó su convicción de que, en un entorno que se caracteriza porque los centros de poder son cada vez más multipolares, la UE se enfrenta al difícil reto de consolidarse como centro de decisión efectivo, “o nos acabaremos convirtiendo” –dijo– “en algo parecido a un bonito museo”.
Procesos de reforma en los países árabes
Tanto Solana como Kwasniewski se mostraron de acuerdo en que este proceso tiene pocos puntos de contacto con el que se vivió en los países de la Europa del Este tras la caída del Muro de Berlín. Según Kwasniewski, “los países de la Europa del Este eran, sin ningún tipo de duda y desde cualquier punto de vista –religioso, histórico, cultural…– parte integrante de Europa. Si durante 50 años nos vimos sometidos al régimen comunista fue debido a una serie de decisiones políticas adoptadas por las grandes potencias después de la Segunda Guerra Mundial, no por voluntad propia”.
Solana añadió que, “en consecuencia, los países de la Europa del Este tenían, cuando iniciaron su ‘primavera’, unos fuertes nexos de unión entre ellos, así como una ‘pista de aterrizaje’ bien definida: su ingreso en las instituciones europeas. En el caso de la ‘primavera’ del mundo árabe, la situación es muy distinta. Las diferencias entre los distintos países son muy acusadas, y además no existe ninguna ‘pista de aterrizaje’ o objetivo final”. “Eso hace” –añadió– “que la situación sea mucho más complicada”.
Ambos se mostraron de acuerdo en que es imprescindible que desde la Unión Europea se preste la máxima ayuda a estos países, con el objetivo de evitar que las reformas que se han puesto en marcha deriven hacia escenarios extremistas.