Entrevista a Sergio Lacambra

Las herramientas humanitarias de la Comisión Europea en Centroamérica
Entrevista con Sergio Lacambra, Responsable para Centro América de la Ayuda Humanitaria de la Comisión Europea
¿Cuando hay una crisis humanitaria en América Central, cómo interviene el Departamento de Ayuda Humanitaria de la Comisión Europea (ECHO)?
En primer lugar, existen canales de monitoreo de amenazas, ya sean huracanes, erupciones volcánicas, sequías u otras. Diariamente consultamos esos canales de información y eso permite rápidamente ver la evolución de una amenaza. Una vez identificada la amenaza, nos ponemos en contacto con todos los socios nuestros en el país afectado por esa amenaza y también con los puntos focales que tenemos en las respectivas instancias nacionales a cargo de la respuesta a emergencias. Aunque no sea imprescindible, en general aguardamos a que las autoridades nacionales declaren el estado de emergencia antes de intervenir. Esa declaratoria es el reconocimiento por el propio país de que está en una situación anormal y que requiere aprobar fondos adicionales para hacer frente. Entonces, cuando un país compromete fondos extras para atender las necesidades de su población afectada, para nosotros es el primer síntoma de una situación grave.
Adicionalmente, el gobierno que enfrenta ese tipo de emergencia suele declarar que, aunque esté movilizando recursos propios para atender la situación, no tiene recursos suficientes en el país como para responder a la magnitud de este desastre. Es cuando se produce un pedido de apoyo internacional.
No es imprescindible que sucedan ambas cosas para que ECHO tome una decisión, pero en general se suele esperar a ambas para que la Comisión Europea intervenga.
¿Con qué herramientas interviene la Comisión Europea?
Si es una crisis repentina, y tenemos información suficiente para determinar que estamos ante una emergencia seria, que no puede atender el país con sus propios recursos, tenemos la herramienta de primera emergencia que nos permite responder en menos de 72 horas, aprobando recursos para operaciones que incluso ya están en curso. Así se puede, retroactivamente, financiar operaciones de nuestros socios desde el momento mismo de la catástrofe.
¿Y fue lo que se hizo en Guatemala y El Salvador después de paso del huracán Stan?
Sí, en aquel momento, 24 horas después de la declaratoria de emergencia por parte del Gobierno de El Salvador, la Comisión Europea adoptó una decisión de ayuda humanitaria de primera emergencia por un valor de 1.7 millones de Euros. Permitió canalizar recursos a través de seis contrapartes, cinco en El Salvador y una en Guatemala. Este reparto se debió a que en ese momento teníamos poca información sobre el alcance de los desastres en Guatemala, por lo difícil que era el acceso a las zonas afectadas. Esa primera ayuda sirvió para cubrir las necesidades más inmediatas de la población afectada, para garantizar su supervivencia y para aliviar su sufrimiento. Estamos hablando de alimentación, de provisión de agua, de asistencia médica y equipamiento de los albergues temporales donde llega la gente en las primeras horas de la crisis. ¿Cuál es el paso siguiente?
A medida que evoluciona la crisis, la gente empieza a retornar a sus lugares de origen para continuar con su vida y se suele ofrecer una ayuda para apoyar ese retorno progresivo. Hay actividades de retorno que se pueden financiar con la decisión de primera emergencia pero hay otras que requieren más tiempo, incluso meses. Entonces, si la situación humanitaria lo justifica, ECHO puede adoptar una decisión de emergencia que complemente la de primera emergencia. En el caso del huracán Stan, la decisión de emergencia ha permitido facilitar el retorno de la gente desde los albergues temporales a sus lugares de origen, trabajando en lo que es reparación de viviendas y de servicios básicos como agua y saneamiento, etc. Esa decisión permitió, con un monto total de 4 millones de Euros, financiar 12 proyectos en Guatemala y 2 en El Salvador. Esos proyectos tienen una duración de 6 meses y están concluyendo ahora. Fueron ejecutados en el terreno por nuestras contrapartes: principalmente ONG, pero también la Cruz Roja y una Agencia de Naciones Unidas (FNUAP). ¿Después de la emergencia, ECHO puede brindar ayuda humanitaria? Sí, para eso ECHO tiene una tercera herramienta: las decisiones ad hoc. Ésta nos permite cubrir la transición entre la fase de emergencia y el proceso de desarrollo a través de la financiación de proyectos de post-emergencia. Están centrados más que todo en rehabilitación y reconstrucción a corto plazo, como lo establece el mandato humanitario de nuestro Departamento. El 6 de abril, se ha adoptado una decisión ad hoc de 2 millones de Euros para la rehabilitación post Stan en El Salvador y en este momento estamos en un proceso de evaluación de necesidades para una posible decisión ad hoc para Guatemala.
¿Qué papel juegan las autoridades nacionales, como entes coordinadores, en caso de una emergencia?
Depende un poco de cada país. Generalmente cada país suele tener un ente coordinador de los sistemas nacionales de emergencia. En el caso de El Salvador es la Protección Civil y en Guatemala es la Secretaría Ejecutiva de CONRED. Pero, a nivel centroamericano, no todas las entidades que coordinan sus respectivos sistemas tienen la misma capacidad de coordinación y de convocatoria.
La Comisión Europea, por su lado, siempre asegura una buena coordinación con los Estados Miembros de la Unión Europea, es decir que, antes de tomar una decisión, consulta a los Estados Miembros, ya sea a nivel de sedes, de terreno, o de ambos. Así, permite conocer la ayuda que cada uno tiene prevista dar, tanto en cuanto a volúmenes como a plazos. ECHO es un donante muy ágil, más aún cuando se saben los montos de ayuda que manejamos. En general, nosotros nos adelantamos un poco al resto de los donantes por la facilidad de procedimientos que tenemos. Por supuesto también participamos en foros de coordinación.
Luego, cuando la emergencia es grande, las Naciones Unidas tienen un equipo de coordinación para emergencias que tiene el mandato internacional para desplazarse al país afectado, ya sea a petición de las autoridades del país o del Coordinador Residente de las NN.UU. en este país. Ese equipo está integrado por gente que viene de varios países de la región, que pertenecen a diferentes entidades de respuesta, gubernamentales o no. Se desplazan al país afectado y ayudan para organizar un centro de coordinación de la ayuda internacional, tanto grupos de búsqueda y rescate, como ejecutores de proyectos de emergencia y como donantes. Ese equipo de NN.UU. es el equipo UNDAC (United Nations Disaster Assessment and Coordination). Personalmente, he pasado por los cursos de UNDAC y soy punto focal de ECHO para UNDAC en América Latina. Durante una crisis, el Centro de Información de Naciones Unidas centraliza, procesa y entrega a las autoridades nacionales la información sobre la ayuda que los actores internacionales están aportando.
A veces, se hace a la comunidad internacional el reproche que la ayuda no llega lo suficientemente rápido ¿Qué puedes contestar?
La Comisión Europea no es un ejecutor, es un donante. Debemos asegurarnos que nuestras contrapartes, que son las que ejecutan las operaciones, coordinan con las autoridades nacionales para que la ayuda esté puntualmente y debidamente distribuida. ECHO se comunica permanentemente con sus socios, se desplaza al terreno, organiza reuniones con todos sus socios a las cuales invita las autoridades nacionales. Si en el transcurso de una operación nos enteramos de que en alguna de las zonas, supuestamente cubierta por ECHO, hay un retraso u otro tipo de problema con la entrega de la ayuda, inmediatamente nos comunicamos con el coordinador del proyecto y lo apoyamos para que la situación se resuelva. Pero, en situaciones de emergencia, hay que manejar con mucho cuidado las informaciones, averiguar bien las fuentes, porque la ayuda humanitaria es una herramienta que puede estar sometida a mucha presión y, por mandato, el Departamento de Ayuda Humanitaria de la Comisión Europea se debe de brindar una ayuda humanitaria imparcial, neutral e independiente.

Fuente: Euronotas