Cómo combatir la artritis y el desgaste articular con la alimentación
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La artritis es una enfermedad que afecta a las articulaciones, provocando
- inflamación,
- dolor,
- rigidez,
- pérdida de movilidad
- y, con el tiempo, deformidad
No es una sola dolencia, sino de un grupo de patologías con distinto
- origen,
- evolución y
- pronóstico
que, sin embargo, comparten un denominador común: el daño en las estructuras articulares que permiten el movimiento.
Con el tiempo, el cartílago se deteriora, los huesos pueden rozar entre sí y los tejidos blandos que rodean la articulación se inflaman, generando dolor y limitación funcional.
El 10 % de los españoles padece algún tipo de artritis
Aunque no siempre se puede evitar su aparición, es posible ralentizar su progresión y mejorar los síntomas mediante alimentación, actividad física y hábitos saludables.
- Procesos inflamatorios de origen inmunológico: artritis reumatoide, una enfermedad autoinmune, es el propio sistema inmunitario el que ataca a las articulaciones. Nuestro sistema inmunitario ataca las articulaciones.
- mecánicos: el uso constante de articulaciones y microtraumatismos aceleran el desgaste del cartílago y la estructura articular.
- Edad y cambios degenerativos: los tejidos se regeneran menos eficientemente y los dolores articulares frecuentes.
- metabólicos o asociados al estilo de vida: sobrepeso u obesidad, sedentarismo, dietas pobres en nutrientes esenciales o tabaquismo ponen en riesgo la salud articular.
- genéticos y ambientales: predisposición genética y desencadenantes externos, como infecciones o disbiosis de la microbiota.
Síntomas de la artritis y el desgaste articular
La artritis y el desgaste articular suelen manifestarse con una serie de síntomas comunes, como los siguientes:
1. Dolor articular Puede aparecer en reposo o al moverse, y a menudo empeora por la mañana o tras periodos de inactividad. Sus características pueden variar según el tipo de artritis.
2. Rigidez La persona se despierta con la articulación dura y le cuesta moverla, pero mejora tras ponerse en marcha.
3. Hinchazón, calor o enrojecimiento Si la causa es inflamatoria, la articulación puede estar enrojecida, hinchada, dolorida o caliente al tacto.
4. Limitación funcional La capacidad de la articulación para moverse normalmente puede verse reducida, lo que afecta a actividades cotidianas como caminar, agacharse, subir escaleras o manipular objetos pequeños.
5. Crujidos o sensación de rozamiento Cuando el cartílago está deteriorado, los huesos pueden rozar más entre sí, generando ruido o una sensación desagradable.
6. Fatiga y sensación de debilidad general El desgaste del sistema articular afecta el bienestar general. Las personas que lo padecen manifiestan sentir cansancio y menor vitalidad.
7. Degradación progresiva Si no se controla, el daño articular puede avanzar, provocando deformaciones, disminución del rango de movimiento e incluso incapacidad parcial.
La importancia de la dieta en la salud articular
El dolor articular es una señal de que algo no está funcionando como debería, y cuanto más tiempo pase sin intervención, mayor será el riesgo de daño irreversible. En muchos casos, la artritis y el desgaste articular evolucionan lentamente. Sin embargo, actuar de forma temprana puede marcar una gran diferencia.
Está comprobado que la dieta influye de manera decisiva en la salud articular. Una alimentación rica en nutrientes antioxidantes y compuestos antiinflamatorios puede contribuir a reducir el dolor y mejorar la movilidad. Estos son algunos consejos para frenar el avance o aliviar los síntomas del dolor articular:
- Dieta mediterránea: frutas, verduras, legumbres, pescado azul, frutos secos y aceite de oliva virgen extra aportan antioxidantes, vitaminas y ácidos grasos saludables que combaten la inflamación.
- Omega-3: presentes en el salmón, la caballa, las sardinas o las semillas de chía, los ácidos grasos omega-3 ayudan a reducir la inflamación en las articulaciones.
- Proteínas de calidad: son necesarias para regenerar los tejidos y fortalecer los músculos. Las fuentes ideales son el pescado, los huevos, las carnes magras y las legumbres.
- Hidratación: el líquido sinovial que lubrica las articulaciones depende en gran parte de un correcto estado de hidratación.
- Azúcares, grasas saturadas y ultraprocesados
- Complementos alimenticios
- Colágeno hidrolizado
- Ácido hialurónico
- Glucosamina
- Condroitín sulfato
- Cúrcuma
- Metilsulfonilmetano (MSM)
- Membrana de huevo (Ovomet®)
- S-adenosil metionina (SAMe)
- Zinc y selenio
"La alimentación es una herramienta de gran valor en la salud articular. Mantener una dieta rica en antioxidantes, grasas saludables y proteínas de calidad ayuda a frenar los procesos inflamatorios que caracterizan a la artritis. Además, tomar ciertos complementos alimenticios puede ayudar a contribuir al mantenimiento de la función articular y a mejorar el bienestar diario, siempre que se acompañe de ejercicio y hábitos equilibrados. No hay que olvidar que cuidar las articulaciones es una tarea de constancia y prevención. La combinación de una buena alimentación, un estilo de vida activo y el apoyo de ciertos nutrientes específicos es un enfoque global que no cura la enfermedad, pero sí puede reducir el dolor y mejorar la movilidad. Cuanto antes se actúe, mejor será la respuesta y tendremos una mejor calidad de vida" Sonia Clavería, noVadiet
