María José Arcas Pellicer era profesora titular del Departamento de Contabilidad y Finanzas de la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Zaragoza
Reputada experta en Contabilidad Financiera (especializada en Earnings management y calidad de la información financiera), fue investigadora visitante en la Strathclyde University (Reino Unido) y en la University of Glasgow (Reino Unido).Pero sobre todo era un mujer amable, cariñosa y entusiasta.
Defensora a ultranza de los derechos de las personas con discapacidad intelectual.
Fue la líder del proyecto “Empresa, empleo y discapacidad” que desde 2011 cada dos años acerca a los estudiantes de la Universidad de Zaragoza –futuros directivos de empresas y organizaciones- las características de las personas con discapacidad, un colectivo heterogéneo y muy poco conocido, presto de tópicos y prejuicios que ocultan sus capacidades.
Para María José una de las barreras a las que tiene que hacer frente la discapacidad es su visibilización.
Difícilmente se puede integrar lo que ni siquiera se sabe que existe.
Gracias a estos seminarios, los estudiantes toman consciencia de que las personas con discapacidad también pueden estar capacitadas para desarrollar un trabajo, con independencia de su discapacidad; que su integración laboral es posible y positiva para la empresa, y que existen organizaciones que trabajan colaborando con las empresas en la contratación de personas con discapacidad como Plena Inclusión Aragón o DFA.
Los alumnos de María José reconocían que, si no hubiera sido por ella, jamás se habrían planteado el tema de la discapacidad.
Excepto contados casos que manifestaban tener alguna persona con discapacidad en su entorno familiar, generalmente la discapacidad la veían como una realidad lejana tanto en su vida personal como en su futuro entorno laboral.
Muchos de ellos consideraban que las personas con discapacidad eran incapaces de realizar cualquier actividad laboral, salvo en algunas ocupaciones laborales que tradicionalmente han tenido mayor visibilidad. Gracias a María José su visión cambió.
Reconocieron la distinción entre discapacidad e incapacidad.
Fueron conscientes de que, si bien una persona con discapacidad no está capacitada para desarrollar todas las tareas en una organización, las personas sin discapacidad tampoco lo están, sino que cada trabajador, con o sin discapacidad, tiene sus capacidades y son en éstas en las que debe fijarse la empresa en la selección de una persona para un puesto de trabajo.
Y se convirtieron en abanderados de derrumbar los distorsionados estereotipos que existen en las empresas respecto a las personas con discapacidad.